LA VIÑA DEL SEÑOR En el evangelio de San Mateo, Jesús nos enseña, por medio de esta parábola de “La viña del Señor”, que el Reino de Dios es bondad, justicia, amor, caridad, responsabilidad y trabajo en el caminar de Dios. Las Sagradas Escrituras nos expresan que Dios siempre nos busca, nos llama para estar con él, para trabajar en su Reino, y nos llama a cada momento de nuestras vidas y nos sigue llamando, a pesar de nuestro pecado, de nuestras debilidades e infidelidades o a pesar que no lo buscamos. Pero Dios siempre sale al encuentro del hombre, al encuentro de cada uno de nosotros, porque somos sus hijos.

Dios llama a buenos o a malos porque la Viña del Señor es para todos. Dios no mira nuestro pecado, nuestro pasado, mira nuestra esencia de ser hijos e hijas de Dios y nos invita a cambiar. Nos llama siempre,muy temprano, a media mañana, al medio día, a media tarde o al caer la tarde de nuestra vida, porque nos ama.

Dios nos propone un buen trato, pero ante todo nos propone trabajar en su viña, en su Iglesia que él ha fundado, que a cambio de nuestro buen trabajo, responsable, coherente, fiel y como buenos discípulos del Señor, nos va a conceder un pago justo y misericordioso, que es la vida eterna. No caigamos en el desánimo, en la envidia, la codicia, la injusticia, la pereza; al contrario, seamos fraternos y perseverantes siempre, en nuestro buen obrar, como Jesús, el amigo que nunca falla.

Por medio, de esta parábola nos muestra a un Dios bondadoso, justo, misericordioso, perdón y clemente como lo ha expresado el Papa Francisco: “Dios no se cansa de perdonar”. Seamos semejantes a nuestro Padre Dios, obremos siempre como él es, demostremos que somos buenos trabajadores, luz del mundo, siendo hombres y mujeres de oración, coherentes, responsables, buenos discípulos y justos como Dios.

¡Que el Señor de los Milagros, les siga bendiciendo siempre a cada uno de ustedes en su caminar, en unidad de sus seres queridos!.

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