La reconcialción nace del diálogo y la tolerancia
- Categoría: FE Y ACONTECIMIENTOS (P. Fernado Asín)
- Publicado: Viernes, 12 Noviembre 2010 00:00
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La reconciliación nace del diálogo y la tolerancia
Para convivir a nivel familiar y social necesitamos dialogar, es decir entendernos hablando. Para ello hace falta dejar de lado nuestro orgullo y autosuficiencia. Cada uno tiene su postura, apoyada en unas razones. Pero nadie tiene la Razón en mayúscula.
Como decía A. Machado: "¿Tu verdad? No, la Verdad. Y ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela".
La reconciliación nacional a construir tiene como meta "la ciudadanía plena para todos los peruanos y peruanas" (Informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, 170). Y esta reconciliación debe ocurrir a nivel personal y familiar, de las organizaciones sociales y en el replanteamiento de las relaciones entre el Estado y la sociedad en su conjunto (ib. 171).
Somos un país multiétnico, pluricultural y multilingüe y, por ello, interesarnos unos por otros, conocernos, valorar nuestras diferencias enriquecen, respetarnos y tolerarnos.
La tolerancia es lo contrario a la indiferencia. Si pensamos que los demás son inferiores, nos desinteresaremos de ellos. ¿Cómo podemos decir que los selváticos o los habitantes de la sierra son ciudadanos de segunda categoría?
Dice el documento de Aparecida: "Una globalización sin solidaridad afecta a los sectores más pobres. Ya no se trata simplemente del fenómeno de la explotación y opresión, sino de algo nuevo: la exclusión social. Ya no se está en la sociedad solamente "abajo", en la periferia o sin poder, sino que también se está "afuera". Los excluidos no son solamente "explotados", sino "sobrantes" y "desechables" (65).
Es el pecado de omisión. Simplemente no nos interesan, son invisibles, insignificantes. Como si estuvieran muertos, o no fueran personas ni ciudadanos. Sin derechos, sin relevancia. Los ignoramos.
Por eso es muy importante el traerlos a la memoria, el hacerlos presentes. Recordarlos, tenerles en cuenta, es devolverles su dignidad, traerlos al corazón (eso significa recordar), no olvidarlos. Traerlos al presente.
Seguimos unidos, por ejemplo, a los familiares de los detenidos-desaparecidos hace 18 años en Santa, ahora que por fin se dio la sentencia condenatoria del Grupo Colina. Y seguiremos unidos con ellos hasta que se recuperen sus cuerpos.
Democracia es lo contrario a rigidez e intolerancia. Hay que trabajar y construir consensos, Hay que dialogar y concertar. Lao Tse, fundador del Taoísmo chino, decía hace 7000 años que no hay nada más duro que el pedernal y nada más blando que el agua. Pero ésta, poco a poco, vence al pedernal. La vida es flexibilidad, calor, movilidad. Pero si una espada de metal duro y frío entra en el cuerpo, éste se queda rígido, frío e inmóvil.
Apostemos por la vida. Decía Jesús: "Yo he venido para que tengan vida, y ésta en abundancia" (Jn.10, 10).