SOS: ¡SALVEMOS LA ASAMBLEA PASTORAL 2011 DE LA DIÓCESIS DE CHIMBOTE! (Por: P. Matías Siebenaller).- Para lograrlo, seguramente hay que intervenir desde muchos ángulos y tomar múltiples iniciativas.  Aquí, no quisiera sino hacer hincapié en lo más importante, en lo más decisivo, en lo más seguro y, por remate, en lo más tradicional para dar vitalidad a las conclusiones de  la XXVIII Asamblea Pastoral de la Diócesis de Chimbote.

NOS GUIARÁ SU ESTRELLA (Por: P. Matías Siebenaller).-   Tú y yo y muchísima gente teníamos razones serias y fundadas para desconfiar del año 2011.  Una ya larga historia de vida en este cuerpo, en este mundo, en este país y en esta Iglesia puede dar razón de nuestros miedos y de nuestras reticencias al embarcarnos en un año nuevo.  No entiendo por qué finalmente nos dejamos arrastrar y empujar a celebrar la llegada de este temido año nuevo con cohetes, juegos artificiales, champán y abrazos.

OTRA VEZ ADVIENTO (Por: P.  Matías Siebenaller).-  Nunca me cansaré de celebrar el adviento. Todos los años me seduce a buscar el silencio en el desierto, a orillas del mar en Anconcillo o en esta capilla que cumple con su vocación de recoger lo amenazado por la dispersión y la distracción.  Mi oración durante el adviento se llena de tantas desgracias personales, sociales y eclesiales que gritan por la venida del Salvador.  Pero la oración durante el adviento también está habitada por el don de la salvación acontecida y aconteciendo allí donde es acogida. Y la oración durante el adviento confía tercamente en la llegada del reino en su plenitud.
Para que aguante en esta tensión inherente al creer y caminar cristiano, viene a mi encuentro el mensajero por excelencia del advenimiento del Salvador: Juan el Bautista.

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