Santisima Trinidad. D. 15.06.2014. Jn. 3,16-18. Dios es amor
- Categoría: REFLEXIONES (Fray Héctor Herrera OP)
- Publicado: Viernes, 13 Junio 2014 05:00
- Visto: 1878
SANTISIMA TRINIDAD. D. 15.06.2014. JN. 3,16-18. DIOS ES AMOR De joven estudiante, me enviaron a un pueblito Santa Eulalia, a hacer una práctica de pedagogía. Me asignaron niños y niñas de 5 años para explicarles la creación. Lo que habían comprendido tenían que plasmarlo en un dibujo. Me llamó la atención la lámina de una niña. Había dibujado un color rojo intenso. Y le pregunté qué significa.
Y me dijo: Esto representa a Dios, porque Dios es amor. Y nos ha hecho por amor, lo mismo toda la creación que rodea a este varón y mujer. A cada niño tenía que entrevistarlo. Y en efecto esa niña nos había dado una gran lección, como nos dice el evangelio de hoy de Jn 3,16-18 “Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo Único, para quien crea en él no muera, sino tena vida eterna”(v.16). ESCUCHAR AUDIO
El apóstol San Juan en 1 Jn 4,8: nos dice Dios es amor. Porque Él te ama a ti, a mí, a nosotros con un amor total, sin medida, como un Padre ama a sus hijos. Y por eso el pueblo de Israel en la lectura de Ex 34,6 nos recuerda que el Dios de nuestros padres, como el de Moisés es un “Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia y lealtad”, que pese a nuestras infidelidades, Él está tan cercano, acompañándonos, enseñándonos el camino de la libertad para que no adoremos al becerro de oro, del poder o de la corrupción.
Dios es amor y comunión, nos recuerda San Pablo: “La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo permanezcan siempre con ustedes” (2 Cor 13,13). Y es que precisamente en la fiesta de hoy de la Santísima Trinidad, confesamos que Jesús nos muestra a un Dios tan humano y tan divino, que se encarnó en la historia: “nació de Santa María Virgen”, padeció, murió y resucitó. Y nos ha dado el Espíritu de la Verdad, para continuar su misión.
La Santísima Trinidad es la imagen de la familia. Porque donde hay comunión entre padres e hijos: diálogo, comprensión, cercanía y paz. Allí está Dios, porque Dios es amor.
¡Qué misterio de amor tan grande, al recordar hoy el día del Padre. Adriana, decía en la misa al recordar a su padre difunto: “mi padre era alegre, comprensivo, nos educó. Siempre nos decía adelante. No se desanimen. Nos formó como profesionales. Era generoso y sobre todo nos enseñó a vivir unidos”. ¡Qué buen testimonio de vida!.
Te invito a ti papá a orar: “Hazme Señor, un padre y un esposo fiel a tu amor, para que sepa formar a mis hijos e hijas, varones y mujeres, firmes y decididos. Que tengan una mirada transparente y optimista para creer en ti. Que sepan poner sus conocimientos al servicio del bien común y que comprendan que el camino de la paz se construye con la justicia y el respeto por la vida. Danos Señor la capacidad como padres de ser amigos y acompañantes de nuestros hijos para que crezcan con seguridad, que tengan un corazón noble y generoso para caminar siempre guiados por ti. Amén. (Fr. Héctor Herrera, o.p.)