Domingo 28 T.O. Ciclo A. D. 12.10.2014. Mt. 22,1-14. Invitados al banquete
- Categoría: REFLEXIONES (Fray Héctor Herrera OP)
- Publicado: Viernes, 10 Octubre 2014 15:32
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DOMINGO 28 T.O. CICLO A. D. 12.10.2014. MT. 22,1-14. INVITADOS AL BANQUETE Al celebraruna boda, todos participan de la fiesta, la comida. Comparten la alegría de la pareja. Unos se excusan, porque “no tienen tiempo que perder”. Dios también nos prepara un banquete “con manjares suculentos y buenos vinos” porque celebra la boda de su hijo. De esto nos habla el Evangelio de Mt. 22,1-14. ESCUCHAR AUDIO
La comunidad de Mateo se pregunta como nosotros, ¿Qué significa el reinado de Dios? El rey es Dios quien celebra las bodas de su hijo (v. 2). Sale a nuestro encuentro, nos invita a participar de la alegría, de la fiesta de la vida, porque quiere nuestra felicidad. Los enviados son los profetas que traen la buena noticia, primero al pueblo de Israel. Éste rechaza la invitación. Están ocupados en sus campos y en negocios, además maltrataban y eran asesinos. Los segundos invitados malos y buenos están en los cruces de los caminos (v.10), y aceptan la invitación al banquete.
Dios nos invita a buscar la plenitud de la vida, porque quiere enjugar nuestras lágrimas, superar el dolor y la muerte. Ésta invitación, la hace el mismo Jesús. Se cumple en esta parábola la profecía de Isaías: “Aquí está nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; celebremos y gocemos con su salvación”. (Is. 25,9). La presencia del rey es fundamental en este banquete. Dios está presente en nuestra vida e historia, pero a veces no lo escuchamos, desoímos su Palabra. Sólo cuando participamos de la fiesta, de la alegría de vivir y dar la vida por los demás, reconocemos y nos alegramos de ésta boda que Dios ha sellado definitivamente con la humanidad en su Hijo Jesús.
Él es el enviado de Dios.Instaura el reino de vida y de libertad. Porque con su muerte ha roto las cadenas de la opresión y con su resurrección ha triunfado sobre el dolor, la muerte, la injusticia y la falta del respeto por la vida. Dios es el anfitrión de su propia mesa. Nosotros los invitados a recrear y proteger la creación, obra de sus manos, a amar y defender la vida, buscar la justicia y la solidaridad, defender el derecho y el respeto de toda persona. Tener la alegría de dar y compartir la fe, la esperanza que es posible construir relaciones humanas más fraternas, justas y solidarias.
Dios nos ama y ve lo profundo del corazón del ser humano. El que había entrado sin el traje de fiesta (vv. 11-13), es echado y arrojado fuera.Significa quien se opone a la Buena Noticia del reino. ¿Escuchamos la invitación de Dios a cambiar nuestra vida? ¿Somos creadores de fe, vida, esperanza y caridad en nuestras familias? “Porque son muchos los invitados, pero pocos los elegidos” (v.14). Todos estamos invitados a sanar el corazón de la sociedad, superando la violencia contra la vida, liberándonos de los prejuicios y de la discriminación, creando un sistema económico más humano y justo que no sólo proteja los intereses de la bolsa, sino sensible a una economía solidaria, secando las lágrimas por tanto luto y duelo de la sangre derramada de inocentes. Tener la alegría de Jesús que la vida triunfa sobre la muerte y el egoísmo. Escuchar a los pobres y proteger sus derechos nos llevará como Iglesia a una profunda conversión para celebrar las bodas de Jesús con la humanidad y volver a ser hijos y hermanos de un mismo Padre Dios.(Fr. Héctor Herrera, o.p.)