Por: Fray Héctor Herrera).- Mc. ,20-35: Jesús desconcierta a sus oyentes. Para sus familiares estaba loco y para los letrados afirman que está poseído por el demonio. Predicar y crear un nuevo pueblo de Dios, produce el rechazo tanto de sus parientes cercanos, como de las instituciones judías.

Jesús enseña con autoridad, por eso el pueblo lo sigue y no le deja tiempo para comer (v.20). Sus enemigos lo rechazan, él rebate la acusación de estar poseído por satanás. Desenmascara la hipocresía de no ver en él, el dedo de Dios. Un reino, una casa dividida no puede subsistir (v. 23-27). Jesús aclara rechazar el reino de Dios, es blasfemar contra el Espíritu Santo (v. 28-29)

Hoy también se rechaza al Espíritu Santo. Es una grave ofensa cuando no se escucha la voz de los profetas, que a lo largo de nuestra historia de la Iglesia latinoamericana y en diversas partes del mundo han levantado su voz, a favor de los más excluidos. Porque molestaban a los poderosos, como Jesús, fueron asesinados, desaparecidos, como Mons. Oscar Romero, Sandro Dordi, Agustina Rivas, la misionera norteamericana Dorothy Stang, en Brasil, entre muchos defensores de la vida, contra la trata de personas, la ecología. El mundo de los poderosos de hoy y de quienes se prestan al juego del poder, no escuchan la voz de Dios.

Jesús nos abre un nuevo horizonte, la familia de Jesús no son los parientes cercanos ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Y mirando a la multitud: Miren, estos son mi madre y mis hermanos, el que haga la voluntad de mi Padre, ese es mi hermano, mi hermana, mi madre” (v.33-35)

“El amor de Cristo nos urge”, como dice Pablo, si Cristo entregó su vida por todos. Todo cristiano, es una criatura nueva (2 Cor 5,17). “Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día allí donde se encuentra. ¿Eres consagrado o consagrado? Sé santo viviendo con alegría tu entrega. ¿Estás casado? Sé santo amando y ocupándote de tu marido o de tu esposa como Cristo lo hizo con la Iglesia. ¿Eres trabajador? Sé santo cumpliendo con honradez y competencia tu trabajo al servicio de los hermanos…. ¿Tienes autoridad? Sé santo luchando por el bien común y renunciando a tus intereses personales” (Exhortación sobre el llamado a la Santidad en el mundo actual. (No. 14. Papa Francisco)

Volvamos nuestro corazón y nuestra mente a Dios para ser felices, cumpliendo nuestra misión encomendada en este mundo. Jesús una vez más nos invita a la felicidad con un espíritu generoso, libre buscando la justicia para los pobre y débiles, la misericordia para saber perdonar y acoger al otro.

Hacemos la voluntad de Dios como familia de Jesús cuando abrimos nuestro corazón y nuestra mente encarnando la Palabra de Dios en solidaridad con los más indefensos “Busquen la justicia, socorran al oprimido, protejan el derecho del huérfano, defiendan a la viuda” (Is. 1,17) (DOMINGO X T.0. B. D.10.06.2018. MC.3, 20-35)

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