Seminario Mayor en salida misionera
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- Publicado: Martes, 19 Junio 2018 18:34
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(Por: P. Jaume Benaloy – Rector del Seminario Diocesano).- Los seminaristas y formadores del Seminario Mayor San José de la diócesis de Chimbote hemos tenido la gracia de compartir la Semana Santa con varias comunidades de la sierra. Desde el jueves santo hasta el domingo de Pascua, fuimos enviados como misioneros por el obispo durante la misa crismal.
De dos en dos, junto a las hermanas religiosas del Buen Socorro y los catequistas locales, acompañamos a las comunidades de Huacho, Macray, Alpaquita, Puquiohuayin, Huellapampa, Punap, Santa Rosa, Macashca, Cotucancha, Huambo bajo, Ocushuy alto, Ocushuy bajo y Bellavista. A más de 3000 metros de altura, algunas casi a 4000, son 13 comunidades campesinas, en su mayoría quechuahablantes, situadas en la periferia de nuestra diócesis, cerca ya de Yungay.
A pesar de la altura, el intenso frío y los peligros del camino, han sido días de bendición y gozo al poder experimentar la grande fe y el deseo de Dios de nuestros hermanos andinos. Su cálida acogida y desprendimiento nos han impresionado. Conocer estos lugares y sus tradiciones religiosas, a veces tan desconocidos para los que vivimos en la costa, y celebrar juntos el triduo pascual ha sido una experiencia eclesial muy enriquecedora. Particularmente emocionante han sido los bautizos de 25 niños de las comunidades de Punap, Santa Rosa y Macashca.
Estos días hemos podido comprobar la necesidad de que surjan abundantes vocaciones sacerdotales nativas para acompañar a estas comunidades en su propia lengua. El párroco más cercano está en Quillo y tiene a su cargo cerca de 60 comunidades. Es por ello que varias comunidades lejanas no han sido visitadas desde hace muchos años. Gracias a Dios, las hermanas del Buen Socorro han regresado a Huacho y tratan de atender a las comunidades más alejadas.
La Iglesia sigue viva en la sierra, pero necesita mejor acompañamiento y una mayor presencia de sacerdotes, religiosas y agentes pastorales. Un desafío, sin duda, para nuestra diócesis y su seminario mayor. Sigamos orando para que no falten sacerdotes, religiosas y misioneros que promuevan la evangelización de nuestros hermanos de la sierra y fortalecer su pertenencia a la Iglesia católica dado que, en muchos casos, están siendo asediados por pastores evangélicos.