San Pedro Pescador y la creación amorosa de Dios
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- Publicado: Sábado, 23 Junio 2018 16:07
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(Por: P. Giovanni Sabogal).- San Pedro pescador, columna de la Iglesia, es llamado por Jesús, para ser su apóstol. Él era pobre, sencillo, con poca instrucción, residente en Cafarnaúm, pescador de oficio en el mar de Galilea, como lo expresan los santos evangelios; se ganaba dignamente el sustento de su hogar, a través de su trabajo abnegado en el mar de Dios.
Pedro siempre siguió a Jesús hasta dar incluso su vida por Cristo, razón de ser de su existencia. Jesús compartía con todos los apóstoles, de una manera especial con Pedro, cabeza de la Iglesia, que juntamente con él se iban a pescar como lo expresa textualmente el evangelista Lucas: Jesús “dijo a Simón: Lleva la barca mar adentro y echen las redes para pescar. Simón respondió: Maestro, por más que lo hicimos durante toda la noche, no pescamos nada; pero, si tú lo dices, echaré las redes. Así lo hicieron, y pescaron tal cantidad de peces, que las redes casi se rompían.” (Lc 5, 4-6). Dios siempre nos bendice, bendice nuestro mar, nos acompaña en nuestro caminar, a pesar de las adversidades y decisiones equivocadas contra nosotros mismos, contra el prójimo y su obra creadora de Dios.
No dañemos, contaminemos, destruyamos el sustento de nuestra vida, el mar de Dios, cuidemos, amemos y valoremos con decisiones concretas la casa común, como nos ha pedido el santo Padre, en la carta Encíclica: “Laudato Si”. Seamos obedientes siempre al Señor, al Hijo amado de Dios Padre, amando y cuidando el mar como Pedro.
Tengamos presente las palabras del Papa Francisco en Puerto Maldonado: “No nos hagamos los distraídos ni miremos para otra parte. Hay mucha complicidad… No podemos disponer de los bienes comunes al ritmo de la avidez y del consumo. Es necesario que existan límites que nos ayuden a preservarnos de todo intento de destrucción masiva del hábitat que nos constituye”. Es momento de hacer bien las cosas, pedir perdón a Dios, a nuestros hijos de dañar, contaminar y destruir nuestro mar, nuestro hábitat. Es necesario unirnos “todas las sangres” (José María Arguedas) y hacer fuerzas para el bienestar y progreso de nuestra nación. Es el momento de ser luz y sal de la sociedad, amando, valorando y defendiendo la vida, el mar y la creación de Dios.
Que el Dios de la vida, de la misericordia, bajo la intercesión de María y de San Pedro Pescador, les acompañe siempre. ¡Felices fiestas de San Pedrito, cuidando la obra maravillosa de Dios, que es su creación!
Publicado en Mar Adentro, junio 2018