Un profeta desconocido

profeta desconocidoPor: Fray Héctor Herrera).- Mc. 6,1-6: La gente se admira de su sabiduría, pero no creen que Dios se manifieste en él, porque ha vivido y crecido en medio de ellos.


El profeta es enviado en medio de un pueblo testarudo y duro de corazón: “Yo te envío a hijos duros de rostro y de corazón empedernido” (Ez 2,4). No les tengas miedo, aunque se resistan a escuchar la Palabra, invítales a cambiar de camino. Esto es lo que hizo Jesús, no aceptaron sus enseñanzas, apenas lo escuchaban (v.2), porque no pertenecía a la clase sacerdotal, ni a los fariseos ni escribas. Se admiran de su sabiduría, no creen que Dios se manifiesta en los sencillos, porque era carpintero, conocían a María su madre y sus parientes. Esto era un obstáculo para su misión.

Jesús choca con la resistencia de sus paisanos, no comprenden que Dios ha visitado a su pueblo y nos sigue invitando a un cambio de vida personal y comunitaria. Él nos habla: “A un profeta sólo lo desprecian en su patria, entre sus parientes y en su casa (v.4). “Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron” (Jn 1,11).

Hoy necesitamos ser una Iglesia profética que ponga a Jesús en el centro de la vida de niños discapacitados, enfermos, pobres y excluidos. Allí muchos cristianos laicos, religiosas, sacerdotes entregan sus vidas. Son verdaderos profetas que anuncian un mundo diferente, libre de egoísmos, de idolatrías del poder y del dinero, de la venalidad. Se entregan con todas sus fuerzas a ser testigos del amor y de la vida como catequistas, educadores, líderes de comunidades cristianas, en la música, ministerios de salud, promotores de la biblia, justicia y paz, comunicación, pastoral carcelaria, migrantes, en la lucha contra el sida, trata de personas, la droga, defensores del medioambiente.

“Una Iglesia profética que sabe poner a Jesús en el centro es capaz de convocar para generar espacios que acompañen y defiendan la vida de los diferentes pueblos que conforman su vasto territorio, reconociendo una riqueza multicultural y étnica sin igual por la que es necesario velar” (Papa Francisco. Carta a los obispos de Chile 16.01.2018)

Cuando formamos redes de solidaridad y de apoyo hacia el más necesitado, que surge de ese profundo contacto con Dios, a través de la oración compartida vamos contemplando el rostro de Dios caminando con los más pobres. Proclamamos con alegría: Jesús es el Señor, que va infundiendo su espíritu profético, en los signos de conversión de quienes aman y aprecian el valor de la vida, cultivando una cultura de amor, paz, generosidad y entrega en la lucha diaria por ser mensajeros de buenas noticias.

Jesús nos enseña a ser profetas hoy, anunciando el Evangelio de la vida y la alegría, siendo testigos de amor y reconciliación en la familia, en la institución educativa, en los proyectos de desarrollo, en la vida política, dialogando y escuchando al pueblo. Es posible escuchar a Dios y al hermano. En medio de las debilidades y problemas, tenemos la fuerza de Cristo y decir como Pablo: ¡Te basta mi gracia; la fuerza se realiza en la debilidad. Así que muy a gusto me gloriaré de mis debilidades, para que se aloje en mí el poder de Cristo”(2 Cor. 12,9). (DOMINGO 14 T.O. CICLO B. D. 08.07.2018. MC. 6,1-6.)

PORTADA MAR ADENTRO JUNIO 2019  

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