El Centro de Apoyo a la Mujer "Agustina Rivas" (Amar) en Chimbote, promovido y dirigido por la Congregación del Buen Pastor, cumplió15 años de servicio, ofreciendo apoyo a las mujeres víctimas de explotación sexual o en riesgo de ser captadas por redes de prostitución.

Para la hermana Hortensia Huarino Osco, quien se ha dedicado en los últimos cinco años al Centro AMAR, el funcionamiento de este proyecto social ha significado un proceso de persistencia, derrotas y logros; ya que no siempre, las mujeres en situación vulnerable están dispuestas a decidir abandonar su oficio.

“Nuestro servicio no mira diferencias, pues cada una de ellas necesita un trato individual y personal, cada una tiene necesidades diferentes; algunas son madres de familia u otras solteras, y sus edades están entre 25 y 45 años”, comenta la religiosa.
Explicó que durante la captación de las beneficiarias del programa de apoyo realizan la exploración de zonas donde estas mujeres se encuentran (laboran), con la finalidad de conocer la realidad en que se desenvuelven y definir el trabajo asistencial que realizará con ellas.

“Al inicio, buscamos tener una relación con la víctimas para lograr su confianza y despertarles el interés de participar, y se puedan iniciar acciones a su favor”, agregó.

Explicó que luego se las acoge en el Centro AMAR donde se desarrollan actividades que contribuyen a su crecimiento personal, desde el carisma congregacional. Ellas ingresan en una etapa de capacitación y estudio, a fin de que cuenten con una herramienta de trabajo que les permita realizar una actividad gratificante y elevar su autoestima. Cerrando el proceso, el centro AMAR instala una bodega para la víctima como un trabajo digno y sostenible para ella y su familia.

Actualmente el Centro AMAR atiende a más de 40 mujeres vulnerables, con el apoyo y el compromiso de las Hermanas del Buen Pastor.

Como se recuerda, el mencionado centro lleva el nombre de AMAR en honor a la hermana María Agustina Rivas, quien está en proceso de canonización para alegría de las pastorcitas que buscan dar valor humano y espiritual al cuerpo y alma de estas mujeres vulnerables.(Con la colaboración de Liliana Capuñay)

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