Navidad, fiesta de lo pequeño
- Categoría: Hno. Hugo Cáceres Guinet (Mundo Mejor)
- Publicado: Miércoles, 14 Diciembre 2011 18:43
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NAVIDAD, FIESTA DE LO PEQUEÑO
¿Qué otros textos bíblicos nos inspiran a la celebración de la Navidad además de los relatos del nacimiento de Jesús en Mateo y Lucas?
Propongo que reflexionemos en tres tipos de textos. El primero es del profeta Miqueas: “Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti sacaré el que ha de ser jefe de Israel: su origen es antiguo, de tiempo inmemorial” (Miq 5,1). Aunque el profeta tuviera en mente a un rey de la estirpe davídica que reinaría históricamente y devolvería la gloria a la monarquía, resulta totalmente acertada la referencia a la pequeñez de Belén, un pueblito insignificante al que nadie prestaría importancia. Totalmente de acuerdo con los otros detalles navideños de los evangelistas: el pesebre, los pastores, el momento del parto en que nadie ofrece hospedaje a la sagrada familia… Cuando Mateo citó este pasaje de Miqueas buscó suavizar la imagen poderosa del rey jefe del ejército y anunciará que de Belén saldría: “un jefe que pastoreará a mi pueblo Israel” (Mt 2,6).
El segundo es un texto de gran importancia para comprender el misterio de la llegada de Jesús: “Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Nosotros vimos su gloria, gloria como de Hijo único que viene del Padre, lleno de gracia y de verdad” (Jn 1,14). En tiempos del evangelista ya algunos ponían en duda que el Cristo eterno, igual al Padre, pudiera haber asumido la naturaleza humana en toda su corporeidad, pequeñez y humildad. Juan no duda en afirmar en un versículo fundamental de la Biblia que la Palabra Eterna se hizo como uno de nosotros, sus hermanos menores, y que habitó en una tienda o carpa como la de los israelitas en el desierto, junto a nosotros, y que su regalo fue nada menos que la gracia y la verdad, obsequio disponible sólo para los que acepten su pequeñez y humanidad.
El tercero gira en torno del mismo misterio de lo pequeño y pobre; Pablo les recuerda a los cristianos ricos de la iglesia de Corinto: “Conocen bien la gracia de nuestro Señor Jesucristo: cómo por nosotros se hizo pobre, siendo rico, para que ustedes fueran enriquecidos con su pobreza” (2Cor 8,9). La pequeñez y la pobreza son la envoltura del Señor Jesús quien vino para darnos la vida verdadera; que en nuestras doradas, luminosas y costosas celebraciones no vayamos a perder de vista el humilde modo cómo Jesús se aproximó a nosotros. Feliz navidad.